Bob Dylan regresa a España y su primera parada será Navarra Arena. Bajo el aura de un espectáculo íntimo e irrepetible que se sumerge en el cancionero tradicional estadounidense el músico de vuelve a parar en la capital foral en su gira interminable de conciertos con la premisa de que puede ser la última vez que lo veamos sobre un escenario tan cerca.
SI ESPERAS, TARDE O TEMPRANO DYLAN LLEGARÁ A TU CASA
Es la frase famosa de Bono de U2, si sabes esperar, Bob Dylan llegará un día a tu ciudad a tocar . Y es completamente cierta si nos atenemos a Pamplona como lugar fuera del circuito de conciertos de las grandes estrellas.
Ya estuvo en 2008 en ese evento llamado Rock en el Reino y que tenía a Juanes como el invitado a un par de actuaciones sin coherencia alguna bajo la premisa del rock ( en esta ciudad parece que si no le pones rock a las cosas no funciona).
Eran tiempos en los que se buscaba atraer turismo a través de la cultura y otras actividades promocionales y en donde se iba fraguando la candidatura de Pamplona ciudad Europea de La Cultura 2016. Aquella iniciativa terminó quedando en agua de borrajas. Una buena metáfora de esto fue el propio concierto, inicialmente destinado a la Plaza De Toros y que acabó realizándose en el Pabellón Anaitasuna.
Dylan llegó, tocó, se le pudo escuchar mejor de lo que a priori las condiciones permitían y se marchó a otras de sus varias fechas dentro de la gira española sin llegar a hacerse la foto con ningún político de los que posiblemente buscaron la fotografía con ansia.
VIENE DYLAN PERO ¿EN QUE FORMATO?
¿Qué Bob Dylan nos visita? Es el cantante que mezclaba el cancionero rural y a Woody Guthrie y sus premisas escritas sobre una guitarra de matar fascistas? ¿Es el trovador de mecedora y porche en los 70? ¿Es el iluminado cristiano que cantó frente al Papa? Pues si y no, al final son todos esos perfiles unidos en uno porque la carrera de Dylan es comparable al camino que recorre un ser humano, con sus aciertos, sus bandazos, sus momentos de gloria y sus decisiones discutibles.
En la actualidad vemos a un artista que conoce su lugar en el tiempo y de una etapa inicial en la que era importante lo que se decía ha pasado a una mayor valor del lenguaje musical en lo que se dice.
Es por esto y por la intención de realizar un recorrido por el acervo musical norteamericano por lo que que resulta complicado reconocer en unos primeros compases las canciones.
La nueva forma de adaptación de sus clásicos nos trae reversiones en la onda de rythm & blues, jazz, swing y en definitiva toda la música americana contenida en lo que él denomina The Great American Songbook. Esta es una forma de reformular los viejos cánones musicales utilizando los pasajes armónicos aprendidos gracias a pasar muchas horas desmenuzando a Buddy Holly, los cantos de los apalaches de la Carter Family o artistas de jazz con alma ultraterrenal como Billie Holliday o Bessie Smith.
Su directo se aproxima al desarrollo de una idea que tiene como compositor de no grabar una misma canción con el mismo sonido dos veces.
Al que ha ido a ver al mito de guitarra, harmónica y canciones en su día populares como Hurricane mejor le diremos que revenda su entrada si es que se van a agotar ( en este momento aún quedan) pues en la mayor parte del show, Dylan se encuentra detrás del piano en posición encorvada más enfocado en llevar adelante su directo que en complacer a la audiencia. Solo se levanta para realizar los temas en modo crooner con una voz ya rota, demostrando que no es necesario cantar bien para llegar a emocionar.
Por el contrario, el que esté dispuesto a escuchar una nueva versión de sus clásicos con una banda perfectamente acompasada tendrá premio. En este discurso tiene especial importancia una banda que cuenta con Tony Garnier al contrabajo, la persona que ha trabajado con Tom Waits o Paul Simon y que funciona como director musical haciendo que His Bobness solo necesite un leve gesto para acercarse a la nota que él quiere sacar.
También es destacable Charlie Sexton, el guitarrista principal con un largo recorrido como músico de sesión y actual compañero de aventuras de Chuck Prophet.
Todos ellos desconocen en un primer momento el setlist que se va a tocar pero funcionan como un ente que conoce a la perfección los temas y se ven sobrados de aptitudes para llevar adelante el show. Los viejos clásicos y temas nuevos como Pay In Blood, Soon After Midnight O Duquesne Whistle le sientan a la voz ajada por los años de Dylan como un traje.
¿REALMENTE HAY ALGO NUEVO QUE OFRECER EN ESTA ÚLTIMA ETAPA? SI, Y ES MUCHO
Su penúltima etapa ha quedado muy bien plasmada en «La trilogía del tiempo y del amor» de Eduardo Izquierdo. En los años que van de 1997 a 2006 entrega Love& Theft, Time Out of Mind y Modern Times, tres álbumes que volvían a levantar la figura del bardo de Duluth y lo sacaron de la sequía creativa tras unos años 80 y 90 dispersos en la parte musical a excepción de «Oh Mercy». Estos tres discos supusieron un espaldarazo a su carrera tras años dubitativos en los que el declive era patente en un mercado ochentero/noventero con cero atracción por parte del público por las viejas glorias del rock.
Entre medio un Oscar por «Things have Changed» para la película «Jovenes prodigiosos», un premio Nobel de Literatura que abría el debate de si un fabricante de letras puede serlo ( aquí no se duda de que si) y un Principe de Asturias de las letras al que como es costumbre en este tipo de galardones no acudió a recoger.
Paralelamente a sus últimos caprichos de discos al estilo crooner «Shadows in the night» o «Triplicate», Dylan sigue sacando lotes de canciones del baul en sus famosas Bootlegs series. Lo que para algunos es una manera de seguir ordeñando la vaca de las tomas alternativas se convierte en este caso en nuevas formas de acercarse a momentos clave de grabaciones históricas como The Basement Tapes o Blood on The Tracks.
Tendrá sus detractores y sus amantes incondicionales , la única verdad que no se discute es que Dylan tiene un lugar en el podio de las músicas populares porque su corpus literario traspasa el espacio y el tiempo tratando temas universales como el amor, la muerte, la lucha contra la injusticia, la religión y en definitiva el ser humano en todas sus condiciones. Se podría decir que en cada uno de sus textos hay una radiografía no de la vida de un hombre si no muchas vidas diferentes confiriéndole un trasfondo humanista a la par que poético a sus textos musicados.
NO FLASHES, NO PANTALLAS, SÓLO MÚSICA.
Si algo ha caracterizado siempre a Bob Dylan es el caracter huraño. La experiencia de verlo en directo da fe de esto. No saluda al público, no se dirige a ellos en todo el show y no se despide y eso en tiempos de Meet& greet, pantallas en HD y experiencias 360 º es difícil de digerir. Su forma de comunicación es a través de sus canciones y en esta nueva etapa actúa como medio de transmisión del legado musical americano más que como parte activa y generadora de nuevas ideas y lenguajes sonoros.
Hace una semana saltaba la noticia de que en su último concierto en Viena rompía el silencio que le caracteriza para mostrarse molesto por el repetido uso de cámaras para fotografiar con un «podemos tocar o podemos posar» en alusión a la enfermedad de nuestros tiempos de querer filmar toda actuación en lugar de vivirla en directo.
Sea como fuere conviene no esperar al último momento para acercarse por el Navarra Arena porque puede que lo único que veamos desde las últimas filas sea una pequeña silueta con traje y sombrero.
¿QUE ES LO QUE TOCA? VA UNA LISTA SPOTIFY
Saber de las cuales van a ser las canciones que Dylan tocará en la gira es el motivo de la página The Never Ending Pool. ¿El premio del concurso? ser miembro de la honorífica lista de ganadores que conocen las intenciones del genio de Minnesota. De los setlist contenidos en la página podemos hacernos una idea de las canciones que lleva en sus shows aunque habrá que estar atentos por si salta la sorpresa y estar ante un momento único de recuperar temas que suele dejar fuera por si quiere incluirnos esta noche.
El pasado 12 de abril en Paris seleccionó una lista de canciones que puede poner de acuerdo a devotos de los viejos temas con los mejores de la última época. Con ese setlist y algún otro se ha creado esta lista spotify para ir preparando el terreno.
Dylan estará mañana jueves en el Navarra Arena y se irá en su Neverending Tour, actualizando el mito del judío errante añadiendo al castigo divino de vagar por el mundo el hacerlo poniendo sobre las tablas la mejor música americana de los útimos 100 años.