VÁYANSE SI NO VAN A BAILAR, LLEGA ALEJANDRO PAZ
La cultura de club y la música electrónica de corte más underground es en ocasiones es un reducto que se toma demasiado en serio a si misma. Por eso siempre es un gusto recibir este fin de semana en la cabina de Katos Disco al chileno Alejandro Paz dentro de su gira europea.
LA LIBERTAD CREATIVA POR BANDERA
Alejandro Paz ( Santiago de Chile 1979) forma parte de ese grupo de artistas que reivindican una forma libre de hacer música. Su eclosión le llegaría de la mano de Cómeme, el sello de Matias Aguayo , creado por este con la intención de reencontrarse con las raíces sudamericanas y el sentido del humor tan ausente en la música binaria.
Esta forma de agruparse en un sello con este credo suponía en los tiempos del minimal hacer frente a tanta crudeza y rectitud de la electrónica europea y una opción de autogestión de la música en la que la colectividad, el sentimiento de pertenencia y el creer en los valores originales de la cultura de club eran más importante que las ansias de exportación mercantil.
En esta línea, el propio Matias Aguayo , que ya estuvo hace un par de años pinchando en Pamplona, en una actitud claramente anticomercial acaba de anunciar su salida de las redes sociales con un mensaje en el que se siente defraudado por la dirección que han tomado estas. En su opinión son unas vías de comunicación que «no representan ni se refieren a cómo la creatividad, la música y la comunicación funcionan».
Compartiendo estas idea y alistándose en este sello tan diferente a las lógicas de promoción llegó a editar dos eps titulados «Free» e «Inside Job». En ellos, Alejandro daba rienda suelta a sus gustos por el EBM, el acid house a lo Armando y su Roland 707 y en general una visión dura a la vez que festiva de la pista de baile.
Los sonidos de toda esta música editada por el chileno durante los años 2012 y 2013 encajaban perfectamente a las cuatro de la mañana en un club y tenían como particularidad el hecho de que se podían cantar . Tal es así que sus tres hits más pisteros-karaokeros editados vía Cómeme o ya en San Fuentes Records son los que le han abierto las puertas de festivales como Sónar además de hacerle formar parte de la prestigiosa Red Bull Music Academy. Nos referimos aquí a la hilarante El House, a esa «Niños del Parque» latina que es «Vayanse» o «Duro», temas que nos llevan a la parte más oscura de la discoteca con sudor, orgullo latino y hedonismo 100 %.
En una línea paralela a Cómeme pero con objetivos parecidos funciona Alejandro con su sello ( o disquera como dicen ellos) Discos Patocarlos en la que junto a Diegors y Andrea Paz editan cosas con la libertad creativa que ofrece el no buscar unas mayores ventas para cuadrar dividendos. Además, en un alarde de generosidad ofrecen muchas de las pistas que han creado de manera gratuita para su descarga.
DJ BUSCA BANDA

Pero Alejandro ha estado metido en otros proyectos últimamente. La vía más sentimental del chileno ha llegado con la publicación de Sin Llorar, un trabajo con banda de guitarra y teclados que bebe de las influencias de Los Prisioneros y el synth pop ochentas. Pareciera que en su mente estuviera el de saldar una deuda con la etapa en la que comenzaba a escuchar música y homenajear a todo ese rock latino que utilizaba la música de vanguardia como medio de expresión, de Soda Stereo a Los Encargados.
Un trabajo que le ha exigido un proceso creativo nuevo. Alejandro ha buscado un nuevo camino como letrista, de manera que estas composiciones buscan expresar emociones y cambiar esa forma de comunicación mas instantanea de fraseos y loops que suponía la creación de temas para ser disfrutados en una discoteca. Aquí hay baile si, pero como dirían los Ultravox, «Dancing with tears in my eyes».
De momento no lo vamos a disfrutar con banda pero este sábado lo tenemos en cabina en Katos Disco en una de sus vigorizantes sesiones. Dicen quienes estuvieron en las últimas dos ocasiones que han sido de las noches de recordar en el club de Labrit . A buen seguro que Ale agarrará el micro y les cantará aquello de «vayanse si no van a bailar!»