Taburete volvía por segunda vez a Pamplona con las entradas agotadas. Vienen de llenar espacios como Wizink Center en Madrid, o de tocar en festivales como Arenal Sound y estar agotando tickets allá por donde van no perteneciendo a ningún sello discográfico. ¿Maravillas del Big Data o mucha carretera y manta? Sea como fuere aquí están llenando por segunda vez la sala Zentral.
EXPECTACIÓN Y LARGAS COLAS
En los alrededores de Zentral lo primero que se percibe es la juventud. En teoría Taburete son un grupo para todas las edades pero pega fuerte en post-adolescentes y gente en general en edad universitaria . También hay padres y madres acompañando a sus hijos en lo que probablemente sea su bautizo en esto de ver a alguien tocando una guitarra sobre el escenario.
Ya en la cola se deja ver gente que luce bronceado en noviembre mientras una amiga le está contando a otra las virtudes del reservado de la sala Indara. El aspecto general es el de una discoteca Pachá en sesión de tarde con una cola larguísima como el día anterior habían tenido Dorian.
Al entrar en la sala reina el jolgorio y el nerviosismo. Un grupo amplio de chicas se encuentran coreando las canciones del grupo que han ido a ver a grito pelado, haciéndose muchas selfies con copita de vino y exaltando su amistad. En un paseo a las primeras filas encontramos chavalitos con jersey de El Ganso y mocasines y muchas chicas de cabellos largos y sonrisas perfectas.
Por la pantalla se anuncia a Gatillazo en un clarísimo fail en el target de púbico objetivo. Sin embargo la cosa cambia cuando aparece Arnau Griso ( ni idea) y la indiferencia cambia por gritos histéricos.
La gente se aprieta en las primeras filas, algo poco común en Pamplona, sinónimo de que estamos asistiendo a un concierto de los de fenómeno fan y de que aquí se ha venido a poder ver cuanto más cerca mejor a los ídolos que en pocos años han pasado de tocar unos temitas en Intereconomía a petar las salas de todo el territorio español.
Una chica le comenta a otra con alborozo que le han cogido en el Colegio Mayor Belagua y ambas se funden en un exultante abrazo.Son los minutos previos, hay nerviosismo y a pocos metros del escenario un animoso grupo de muchachos empiezan a corear el himno de España con efusividad militante aunque no es correspondido por el resto de la sala.
Por que todo este tipo de fans de Taburete descritos anteriormente podríamos adscribirlos sin duda al estrato social pijo . Pero son pijos que a diferencia de las décadas pasadas tienen conciencia de serlo, manifestarlo y hacer de esa condición algo tribal. El Comando PAM ( Pijos A Muerte) que ha ido a verles a muchos de sus conciertos es buena muestra de ello aunque en esta ocasión no encontramos a ninguno de sus miembros en la sala.
TABURETE EN ESCENA
Música de Odisea en el Espacio , móviles preparados para cuando se abra el telón, se van las luces , empieza el griterío y sale Taburete a escena! Bajo unos acordes rockandroll a lo T.Rex de la Moraleja y cubata de ron en mano aparece Willy Barcenas, hijísimo del ex tesorero que se embarcó en esta aventura con un grupo de amigos en los que también está el nieto de Díaz Ferrán. Los lazos familiares les han beneficiado y han aprovechado la ola en cuestiones promocionales pero les ha perjudicado a la hora de firmar contratos según dicen.
Con la salida, los momentos de nerviosismo previo se trasforman en un karaoke mayoritariamente femenino de las primeras filas con un griterío que ya no cesará hasta los últimos acordes. «Estamos muy contentos de estar aquí, uno de los primeros bastiones de Taburete».
«¿Conoces a los del grupo?» me dice con candidez una joven. «Es que no soy de aquí y he venido a verlos y quiero conocerlos». Y es que este es un grupo muy de zona VIP pero la chica tendrá que buscar por otra parte si quiere cumplir su objetivo de conocerlos.
Terminan las primeras dos canciones y Willy se viene arriba con un Viva Pamplona viva Navarra…. y viva España! ante una afición que aplaude a rabiar esa muestra de valentía en tierra en teoría hostil con este tipo de enérgicas proclamas . El futbolista Javi Martínez no pierde detalle del show desde la balconada.