La Pamplona de Taburete

Share this...
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter

Taburete volvía por segunda vez a Pamplona con las entradas agotadas. Vienen de llenar espacios como Wizink Center en Madrid, o de tocar en festivales como Arenal Sound y estar agotando tickets allá por donde van no perteneciendo a ningún sello discográfico. ¿Maravillas del Big Data o mucha carretera y manta? Sea como fuere aquí están llenando por segunda vez la sala Zentral.

EXPECTACIÓN Y LARGAS COLAS

En los alrededores de Zentral lo primero que se percibe es la juventud. En teoría Taburete son un grupo para todas las edades pero pega fuerte en post-adolescentes y gente en general en edad universitaria . También hay padres y madres acompañando a sus hijos en lo que probablemente sea su bautizo en esto de ver a alguien tocando una guitarra sobre el escenario.

Ya en la cola se deja ver gente que luce bronceado en noviembre mientras una amiga le está contando a otra las virtudes del reservado de la sala Indara. El aspecto general es el de una discoteca Pachá en sesión de tarde con una cola larguísima como el día anterior habían tenido Dorian.

Al entrar en la sala reina el jolgorio y el nerviosismo. Un grupo amplio de chicas se encuentran coreando las canciones del grupo que han ido a ver  a grito pelado, haciéndose muchas selfies con copita de vino y exaltando su amistad. En un paseo a las primeras filas encontramos chavalitos con jersey de El Ganso y mocasines y muchas chicas de cabellos largos y sonrisas perfectas.

Por la pantalla se anuncia a Gatillazo en un clarísimo fail en el target de púbico objetivo. Sin embargo la cosa cambia cuando aparece Arnau Griso ( ni idea) y la indiferencia cambia por gritos histéricos.

La gente se aprieta en las primeras filas, algo poco común en Pamplona, sinónimo de que estamos asistiendo a un concierto de los de fenómeno fan y de que aquí se ha venido a poder ver cuanto más cerca mejor a los ídolos que en pocos años han pasado de tocar unos temitas en Intereconomía a petar las salas de todo el territorio español.

Una chica le comenta a otra con alborozo que le han cogido en el Colegio Mayor Belagua y ambas se funden en un exultante abrazo.Son los minutos previos, hay nerviosismo y a pocos metros del escenario un animoso grupo de muchachos empiezan a corear el himno de España con efusividad militante aunque no es correspondido por el resto de la sala.

Por que todo este tipo de fans de Taburete descritos anteriormente podríamos adscribirlos sin duda al estrato social pijo . Pero son pijos que a diferencia de las décadas pasadas tienen conciencia de serlo, manifestarlo y hacer de esa condición algo tribal. El Comando PAM ( Pijos A Muerte) que ha ido a verles a muchos de sus conciertos es buena muestra de ello aunque en esta ocasión no encontramos a ninguno de sus miembros en la sala.

TABURETE EN ESCENA

Música de Odisea en el Espacio , móviles preparados para cuando se abra el telón, se van las luces , empieza el griterío y sale Taburete a escena! Bajo unos acordes rockandroll a lo T.Rex de la Moraleja y cubata de ron en mano aparece Willy Barcenas, hijísimo del ex tesorero que se embarcó en esta aventura con un grupo de amigos en los que también está el nieto de Díaz Ferrán. Los lazos familiares les han beneficiado y han aprovechado la ola en cuestiones promocionales pero les ha perjudicado a la hora de firmar contratos según dicen.

Con la salida, los momentos de nerviosismo previo se trasforman en un karaoke mayoritariamente femenino de las primeras filas con un griterío que ya no cesará hasta los últimos acordes. «Estamos muy contentos de estar aquí, uno de los primeros bastiones de Taburete».

«¿Conoces a los del grupo?» me dice con candidez una joven. «Es que no soy de aquí y he venido a verlos y quiero conocerlos». Y es que este es un grupo muy de zona VIP pero la chica tendrá que buscar por otra parte si quiere cumplir su objetivo de conocerlos.

Terminan las primeras dos canciones y Willy se viene arriba con un Viva Pamplona viva Navarra…. y viva España! ante una afición que aplaude a rabiar esa muestra de valentía en tierra en teoría hostil con este tipo de enérgicas proclamas . El futbolista Javi Martínez no pierde detalle del show desde  la balconada.

 

Ya se ha visto desde el minuto uno que Taburete se dan un baño de masas y conectan con su audiencia allá donde van pero ¿ y la música? Se podría decir que el cóctel les funciona. La mezcla de tono de banda indie a lo Vetusta Morla, el canallismo sabinita, un poquito de fusión a lo Ska-p-Estopa-La Pegatina, el pop flamenquito y la rumba junto a unos medios tiempos David Summers les da de sobra para contentar a la parroquia de esa cosa tan genérica llamada pop-rock .

Sobre las letras poco más allá de chicas, bares, alcohol ( mucho, he perdido la cuenta de las canciones que hablan de bares, cantinas o tequilas) potenciadas en muchos casos por la vía mexicana.

Y es que el tono rancheril planeará todo el concierto con esa mitificación del folclore mexicano para turistas que hacen en discos como «Tres tequilas y un mezcal» ,con una trompeta muy bien tocada pero de la que abusan hasta el hartazgo. Hasta el » A San Fermín pedimos» y la salida de los toros del toril lo que le confiere un tono festivo verbenero que la parroquia taburetera aplaude y corea en momentos cercanos al botellón.

Hubo un tiempo hace una década en el que el modo de conquistar a las chicas del colegio mayor  pasó de cambiar la bandurria de la  tuna por un ukelele. Cuando se ponen tiernos tiran de este recurso en modo Jason Mraz y tocan un tema titulado «Walter Palmeras» que baja la intensidad.

Más adelante y en la misma línea tocarán otro medio tiempo «para todas las chicas que estáis aquí» titulado «Ella» con la que ya tienen (si es que no lo tenían ya) al público femenino en el bolsillo.

Para los momentos finales se ponen en modo rock y parecen la verbena que en las últimas canciones del show te tocan dos de ACDC y Extremoduro ( si Extremoduro). A finales de los 90, fueras parte de la movida gaztetxera o de un master MBA de la CEU San Pablo, el Agila iba en tu disc-man así que probablemente Taburete tampoco habrá escapado a la influencia de los de Robe Iniesta.

«Esta canción es nueva» dicen antes de empezar con «Sirenas» ( ¿a nadie más le recuerda ese estribillo a The Scientist?) y Zentral corea y baila el estribillo que ha sido oído más de 35 millones  de veces en youtube.

Con el pañuelo anudado al cuello termina un multitudinario concierto de los muchos que han agotado en la península. No se puede decir que su show no tenga calidad. como no se puede decir que el de la Orquesta Panorama no lo tiene pero el conjunto todavía queda encorsetado en una música verbenera simple sin más pretensiones que conectar con una audiencia con sus parámetros vivenciales.

Porque Taburete representa una forma de pensamiento que está ahí y que con dificultad podrá plantearse penetrar en otras categorías de la industria musical que el pop rock fm por mucho que ellos mismos hablen de que personas ajenas a su círculo han roto prejuicios acercándose a su directo.

No sé si como diría Nacho Vegas el pensamiento que conecta con su público es el de la clase dominante pero sí que este es de una simpleza del nivel del contenido lírico de sus canciones. Aún así, tienen los mimbres para poder prolongar su carrera musical en este país de superventas de Cadena Dial como ya hicieron El Canto del Loco u Hombres G.

«Pues tienen buen directo» le dice un chico a otro a la salida muy contento por ver sus expectativas mejoradas. La gente sale y se mezcla con jóvenes con camisetas de Altsasuko Gurasoak que vienen de una manifestación. Vivir en una ciudad pequeña hace que las dos pamplonas se mezclen en pocos metros cuadrados. Pamplona también es taburetera aunque algunos no queramos verlo.

Share this...
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *