SANTAS PASCUAS 2019
Varios escenarios: Auditorio Baluarte, sala Zentral, Nébula, Txintxarri, Catedral de Pamplona.
Crónica por: Redera, Oswald Tanco, Javier Flores
Fotos: Aritz Catalán, Aritz Sola, Miguel Goñi
Santas Pascuas Festival había empezado este año muy fuerte con la confirmación de Primal Scream para su fiesta presentación. Aún así la programación no se quedaba atrás, mezclando artistas más reconocidos junto a propuestas novedosas dentro del underground en un festival que aspira a crecer sin renunciar a su idiosincrasia.
Esta escala ascendente que el festival lleva les ha llevado a ir agotando las entradas de casi todos los conciertos y a ofrecer una programación gratuita destacable a la que han sumado el abrir una ventana a la reflexión musical con el ciclo titulado «Encuentros: Música para leer» por el que han pasado artistas como el Niño De Elche.
La cita festivalera presentaba como cada año un cartel heterogéneo en el que casi todas las edades ( el apartado «kids «no tardará si sigue esta evolución) y todos los estilos están representados. El pop, el folk, la música urbana y la electrónica han estado presentes siempre bajo unos estándares de calidad, algo por lo que el público ha respondido de manera positiva acudiendo a cada una de las citas en Baluarte, Zentral, Nébula, Subsuelo y el nuevo escenario de la Catedral de Pamplona.
FIESTA SANTAS PASCUAS: MELENAS, ANNI B SWEET, CAROLINA DURANTE
La fiesta Santas Pascuas la abrieron Melenas ante una audiencia más numerosa que años anteriores, algo que dice mucho en favor de ellas. El erasmus estadounidense y haberse pateado toda la geografía española se ha notado muchísimo a la hora de verles a con una mayor soltura y desparpajo en comparación con los conciertos en el Nébula en sus inicios.
A los hits del primer album como «Volaremos» o «Cartel de Neón» añadieron la presentación de algunas de las canciones de ese nuevo album producido por Karlos Osinaga «Txap» ( Lisabö) del que esperamos todo.
Anni B Sweet venía a presentar el album que supone todo un cambio de registro en su discografía, el títulado «Universo por estrenar» producido por James Bagshaw de Temples. Para este nuevo viaje la malagueña se ha rodeado en directo de Victor Cabezuelo y Julia Martín Maestro de Rufus T Firefly y fruto de ello las canciones han tomado un viraje psicodélico con intervalos de intensidad guitarrera y calma expansiva como en «Sola con la Luna» .
La versión del «White Rabbit» ejecutada sin salirse del esquema pero gran tino y armonía vocal es un tema que encaja perfectamente en esta nueva versión de la malagueña que a pesar de beber tanto de la hornada de grupos psicodélicos internacionales como Tame Impala o los propios Temples le permite subir un escalón bien grande en su carrera alejándose de tanto clon de cantautoras con guitarra.

Para cerrar la noche Carolina Durante venían a resolver el tibio concierto que dieron las pasadas fiestas de San Fermín y lo hicieron con nota. En las primeras filas se agolpaba toda esa generación que ronda la edad de los que estaban sobre el escenario y que siguen teniendo fe en la música de guitarras.
Con un sonido de sala impecable fueron repartiendo los muchos hits generacionales que acumulan como «Las canciones de Juanita, «Joder, no se» y «Perdona ( ahora si que si)» con la colaboración de Amaia que no sonó de la mejor manera posible pero que deja ver lo cómodos que se mueven ambos artistas en las coordenadas del punk-pop . Se les puede achacar que muchas de las canciones de su último trabajo en directo se parecen pero ¿acaso las de los Ramones no se parecían y de esto va la cosa?

DÍA 27 : GERMÁN Y LA ALEGRÍA DEL BARRIO , GABI PLANAS, MORGAN
Germán y la Alegría del Barrio daban un concierto átipico por aquello de respetar los tiempos en un local como El Nébula que no se suele destacarse por cumplir los horarios marcados. El público tomó nota y acudió a la hora prevista llenando el aforo . La música de Germán Carrascosa es una mezcla country, rockandroll y foklore popular que emana desde una visión personal y que tiene mucho de exorcismo en su directo. No resulta de fácil acceso pero una vez dentro de este universo que supura libertad creativa, aullidos a la medianoche y vena punk es facil quedarse.
Por la noche el hasta entonces desconocido por el público Gabi Planas abría el concierto para Morgan. La calidez de su registro vocal recordaba por momentos a Santiago Auserón o Depedro por su caracter mestizo. Su concierto fue una buen aperitivo previo gracias a las canciones con groove y bonitos arreglos contenidos en su elegante primer largo a descubrir, «Adiós Juan Capitan» .

Pasadas las 10 de la noche Morgan abrían su concierto con una version a capella de «Honey Come Home» The Head and The Heart» en una demostración de poderío vocal de lo que vendría después . Hace ya mucho tiempo que han dejado de ser un grupo emergente para oler las mieles del triunfo a partir de mucho esfuerzo, dedicación e ir ganando fieles como en el caso de Pamplona en sus múltiples visitas .
Lograron algo bastante difícil como es tener a toda una sala en silencio con la interpretación de temás de como «Home» «Volver» o la versión de «Unkown Legend» de Neil Young. En directo el sonido suena pulidísimo gracias en parte a llevar casi un año girando y temas como «Thank You» en clave funk añaden otras variantes a la vertiente mas íntima . El público al que ya tenía ganado de antemano salió exultante de esta segunda cita festivalera.

28 DICIEMBRE : ANTIFAN , FERNANDO COSTA, RAVIOLI MAKERS,
Otro horario atípico hacía participe del festival al Bar Txintxarri. Ante un aforo completo pero sin apreturas y con un público de lo más heterogéneo pero básicamente con ganas de crecer, se presentaron Antifan con I-ACE a la cacharrería (cajas y percusión, bases, guitarras y bajos enlatados), y Jerva a la interpretación (*O_O*), (y nos faltó Hartosopash, quien también es productor de su último lanzamiento).
Completamente des(a)pegados ya de AGZ con su proyecto colectivo ANTIFAN, y saliéndose del tiesto de mano de Sonido Muchacho, para llegar a un circuito que los recibe con curiosidad y en el que se van a mover (esperamos) mucho y bien por su presencia y solvencia. De la hartura, la energía y las ganas de sorprenderse y sorprender surgen cosas como ésta: Un concierto de cámara de electrónica oscura y postpunk en castellano ( por momentos parecían El Columpio Asesino!) , en el que presentaron temas tanto de “Un daño” (2017) como de “Puede ser una mala racha” (2019): Densidad y Autotune, pesimismo y ternura, un pequeño GRAN bolo.
Por la noche Ravioli Makers abrían su concierto para Fernando Costa ante una sala llena que pudo disfrutar de su rap de sabor más clásico en un recinto con el segmento de edades que iba desde los 18 a los 26 años. Son unos grandes confeccionadores de beats y es una pena que los temas como «Gore Tex», «Do It» o «Descodificao» no encontraron el acomodo que merecían ante una sala que suspiraba en modo fenómeno fan por Fernandito.

Fernando Costa salió desde el minuto a quemar la noche. El artista que viene ascendiendo en la escala popular de la rimadera hasta ir llenando todos y cada uno de los conciertos que viene dando por el estado. Y no es para menos, con el solo acompañamiento de un dj se basta y se sobra para convencer al no versado . A veces agasajando en demasía a su público con el discurso de superación personal y el «vosotros me habéis puesto aquí» pero siempre poniendo la carne en el asador sin aflojar un minuto de su show a la hora de encarar cada unos de los temas del vacilón «Yipiyou»( 2018).
Hubo tiempo para todo; demostración de versatilidad en modo toasting, quitarse la camiseta para interpretar «Lento» o subirse a la barra de Zentral para estar más cerca de su público, recursos todos de quien ha llegado alto y no quiere bajarse.
Previo al bis dejó un espacio de lucimiento para el turntablism de dj Daflex para salir a poner el punto final con «Malamanera» con una sala ya rendida a los encantos del ibicenco . El hip hop nacional está en buenas manos a tenor de la energía compartida entre él y su público. Pura calle, puro goce.
29 DICIEMBRE : HOLLY MIRANDA, AITOR ETXEBARRÍA, MCENROE
La jornada se abría con uno de los conciertos más especiales de esta edición por su emplazamiento, el refectorio de la Catedral de Pamplona.
Allí actuaba Holly Miranda, cantautora de voz prístina que se presentó con el solo acompañamiento de piano y guitarra. A lo largo de una hora asistimos a toda una liturgia con canciones que parecían haber sido escritas para ser interpretadas en este tiempo y lugar. Versiones de “Speed of the sound of loneliness” ( Jon Prine) , «Imagine» (John Lennon )y la apropiadísima «Hallelujah» ( más de Jeff Buckley que de Leonard Cohen) que gracias al silencio sepulcral pudo ser interpretada sin micros y con el solo acompañamiento de la acústica.
Todo un acierto de formato y horario para el que los responsables del festival tienen la dura tarea de buscar un sustituto al nivel para las próximas ediciones. Una delicia en miniatura para un escenario solemne.

Llegaba la tarde y con ello la propuesta a priori más difícil de digerir por el gran público de todo el festival con la música experimental de Aitor Etxebarría y el folk intimista de Mcenroe. Ambos artistas al cierre de esta reseña han realizado dos de los discos situados en el 2 y 3 respectivamente de lo mejor del año para la revista Mondosonoro en su edición norte.
“Somos Aitor Etxebarria”: Así se presentó sentado al piano el compositor conocido también como El_Txef_A (en su faceta de DJ y productor de música electrónica), con su nuevo proyecto de art rock en directo tan áspero como envolvente.
Totalmente compenetrado con el guitarrista y también compositor Hannot Mintegia y el resto de los músicos en escena nos ofrecieron un recorrido en directo por su reciente “Nihilism Part 1” (2019): toda una experiencia sonora con una puesta en escena tan cruda como meticulosa (con Isa de la Mora, que ya había trabajado con Rosalía en el fantástico diseño de iluminación), bastante apartada de los estándares: Drone, free jazz, y casi noise, trémolos vocales, derivas impecables y saturación sin concesiones que consiguieron estremecer a un público que quedó gratamente sorprendido.
Tras el trallazo de Etxebarria, y también venidos de Bizkaia, los McEnroe nos llevaron hasta un remanso con “La distancia” (2019) y sus otras canciones de amor más o menos amaderadas. Aunque a algunas nos costó ponernos en situación, el recorrido que hicieron por su repertorio supuso un auténtico bálsamo pop de guitarras y melodías más que bien interpretadas que funcionó bien cómo contrapunto a lo anterior.
Preveíamos nostalgia (veinte años no es nada), pero nos encontramos con un presente cargado de armonía y complicidad en el escenario. Una cálida celebración por, como dijo Lezón mientras alternaba acústica y eléctrica, “seguir siendo uno mismo, o quizá por haber dejado de serlo”. Buenos y valientes.
