Tras más de una década sobre los escenarios les ha llegado su momento. Si con «Nueve»(Lagonaranja Records, 2014) se abrían hacia el rock alternativo y la psicodelia, en «Magnolia» la inmersión en este campo es completa.
Rufus T. Firefly han confeccionado un disco que es un canto a la naturaleza y al amor con multitud de referencias a la cultura contemporánea y dotado de un sonido internacionalizado que puede recordar a bandas que llenan estadios como MGMT o Tame Impala. Aún con estos referentes, la banda cuenta con una personalidad propia que les está permitiendo pisar fuerte dentro del top de bandas nacionales.
Radar de Frecuencias se pone en contacto con Victor Cabezuelo, vocalista y guitarra de Rufus T. Firefly para una pequeña entrevista antes de su concierto de este viernes en el escenario del Txintxarri que se antoja con un lleno casi con seguridad.
Con el anterior disco “Nueve” (Lagonaranja récords, 2014) definisteis el camino por el que queríais ir, ¿pensáis que habéis encontrado el sonido idóneo que responde a lo que queréis expresar musicalmente?
Sí, absolutamente. Este disco suena como queríamos. Realmente eso es algo que siempre nos ha pasado desde que empezamos a trabajar con Manuel Cabezalí, que conseguimos llegar donde queremos. Nuestra cultura musical va creciendo con el paso de los años y eso hace que en cada disco el sonido vaya mejorando, pero siempre hemos sonado como queríamos sonar en cada momento.
En el Sonorama os disteis un baño de masas tocando unas cuantas veces durante el festival. Aunque habéis dicho que este tipo de actuaciones tan masivas no son representativas de la música actual, ¿Qué papel han jugado este tipo de eventos en la carrera de Rufus T. Firefly?
Los festivales son escaparates. Puedes mostrar un poco de ti delante de gente que está muy predispuesta a disfrutar y eso a todos los músicos nos gusta. El problema es que parece que son el objetivo máximo para las bandas y la película va de otra cosa. La carrera de una banda se forja día a día y concierto tras concierto. Los festivales son anécdotas para las bandas. En nuestro caso, este año hemos tenido la suerte de que nos hayan empezado a llamar de bastantes y estamos encantados de tocar donde nos quieran pero creo que lo que realmente está haciendo grande a esta banda es lo que está pasando en las salas.
A pesar de que la banda haya cambiado de formación, seguís teniendo ese aspecto de grupo de amigos que hace lo que les gusta. ¿Cómo es la estructura creativa del grupo?
Sí, se han ido seres queridos y han entrado seres igual de queridos. Eso era muy importante para que pudiéramos seguir sintiendo la necesidad de hacer canciones. A nivel creativo seguimos funcionando como siempre, uno aporta una idea y entre todos la cerramos, solo que ahora, en lugar de cerrarla con nosotros Sara y Alberto, lo hacen Miguel y Rodrigo. Cada músico aporta su personalidad a las canciones y eso es lo bonito.
Habéis dicho que Magnolia es un canto a la naturaleza, ¿en que sentido?
Magnolia surge de un campo del Bierzo que marcó mi infancia que hace un año ardió en un incendio. Es una defensa de las cosas bellas de la vida, un viaje hacia uno mismo para encontrarse. Ese viaje no puede hacerse en medio de una ciudad. Tienes que estar conectado con la naturaleza, de dónde procedes de verdad, para poder hacerlo. Todas las canciones están compuestas en bosques o grandes jardines. Es la naturaleza la que ha hablado.
Os habéis visto superados por la recepción de vuestro último trabajo, se han agotado los vinilos y habéis tenido que hacer nueva edición. ¿cuáles son las metas que os ponéis como banda?
Nos ha superado absolutamente. No esperábamos ni un 10% de lo que nos ha llegado. Nunca nos ponemos metas más allá de sacar discos que nos representen y nos llenen. Eso es muy importante. La meta es crecer musicalmente en cada disco. Lo demás tiene más que ver con el éxito y el marketing que en realidad son palabras que nos dan mucha pereza. Queremos hacer buenos discos, aportar algo a esta vida. Nada más.
El disco suena a obra conceptual desde el sonido al artwork, ¿sois todavía románticos del formato de larga duración sabiendo que lo que se impone es el consumo rápido de singles?
Si, nos gustan mucho los discos que son obras completas. Damos importancia a cada una de las canciones y queremos que todas sean escuchadas de la misma manera, si no no las hubiéramos sacado. Tampoco tenemos problemas en sacar una canción suelta si eso es lo que sentimos, pero todo debe ser porque lo sintamos y no por tácticas comerciales o cosas así.
Escuchando el disco observo que la psicodelia setentera está muy presente pero también hay un trasfondo pop ¿ son estos los dos mundos de Rufus T. Firefly?
Esos dos más la electrónica y el post rock son los que completan todo nuestro sonido.
Los que os han visto saben que Rufus T. Firefly posee un gran directo, pero para aquellos que no, nos gustaría que nos comentarais que vamos a poder ver sobre las tablas del Txintxarri.
Intentamos transmitir lo que sintamos en el momento que estamos tocando. Intentamos que nuestra música esté viva, que no sea un show sino una comunicación. Intentamos ser honestos con la música y con nosotros mismos. La gente que venga a vernos podrá decir que no le ha gustado o que somos muy raros, pero nunca que no nos lo estábamos creyendo. Para mí eso significaría fracasar absolutamente.
Por último os vamos a pedir que nos recomendéis un disco , puede ser uno que estéis oyendo últimamente, uno que escuchéis en los viajes en furgoneta o uno que os influencie a la hora de hacer música.
Os voy a recomendar “La Luz” de Penny Necklace. Es un disco pop pero muy valiente y que mira hacia delante. También me gusta mucho lo que están haciendo Solo Astra, Mow, Calavera, Ambre, Lázaro, Cala Vento…estamos en un momento musical increíble en este país. Ojalá la gente se dé cuenta.